miércoles, 28 de septiembre de 2011

historia del arte 2 "B"

PINTURA GÓTICA FLAMENCA: HANS MEMLING (I)

HANS MEMLING (hacia 1440 Seligenstadt-1494 Brujas)

Hans Memling nació en Selingenstadt, cerca de Frankfurt, Alemania hacia 1440. Se convirtió en ciudadano de Brujas, Flandes, actual Bélgica, en 1465 donde permaneció hasta su muerte en 1491. Entre 1455 y 1460 vivió en Bruselas donde se convirtió en discípulo de Roger Van der Weyden antes de trasladarse a Brujas. Se convertirá en pintor de gran popularidad y sus ingresos serán cuantiosos gracias a su obra. Se casó con Anna de Valkenaere que le dio tres hijos y que falleció en 1487. La mayoría de los clientes de Memling forman parte de la Iglesia, pero también encontramos burgueses y políticos.

Su obra aparece firmada en parte, pero su estilo es tan personal que es fácil la catalogación de sus obras, no así su datación ya que su estilo se mantuvo durante toda su vida, solo apreciándose un ligero alargamiento de las figuras con su madurez. Así sus Vírgenes se van haciendo con el tiempo más etéreas e introspectivas, recibiendo mucho de la manera italiana de representar y añadiendo motivos como los querubines y las guirnaldas que proceden de gustos italianos.

Experto en retratos, éstos también evolucionan de un fondo neutro a una decoración de paisajes. Su estilo es muy gótico, lleno de colorido y luz, y aunque no es un buen pintor de retratos psicológicos su maestría en el dibujo le hace eficaz y al gusto de la época. Gusta de la precisión y los detalles.

Artista enmarcado en la corriente del Gótico Flamenco, recibe influencias, a demás de su maestro Van der Weyden del que adopta un estilo elegante y aristocrático, de autores como Jan Van Eyck, de Dieric Bouts y de Hugo Van der Goes. Estas influencias se ven sobre todo en los detalles. Esta sobreabundancia de influencias ha sido la causa de que Memling no haya sido adecuadamente valorado hasta el siglo XX, a pesar de que en su época fue ampliamente reconocido. Tras su muerte el notario de Brujas lo describió como “El pintor más hábil de la Cristiandad”.

Al final de su vida y gracias a su éxito, cabe pensar que tuviera un nutrido taller y varios colaboradores que completaran sus obras.

Muchas de sus obras llegaron hasta Italia, ya que pintó para los embajadores de los Medici en Brujas, y allí causó buena impresión, influyendo en pintores como Il Perugino.

“La Virgen y el niño” (¿?,Collection Rotschild, Paris). Una de las primeras obras de memling que probablemente representa el descanso en la huída a Egipto.
“La Presentación en el Templo” (1463, National Gallery of Art, Washington). Las dos jóvenes que aparecen detrás de la Virgen son imágenes de miembros de la familia de los donantes, que muchos expertos creen que fueron realizadas por Roger Van der Weyden, maestro de Memling. Este tema lo encontraremos repetido en obras posteriores y siempre enmarcada en una iglesia gótica.

“La Virgen y el Niño entronizados con dos ángeles músicos” (1465-1467, Nelson-Atkins Museum of Art, Kansas City). Una de las primeras obras de Memling que ha ido revalorizándose con el tiempo, la influencia de Van der Weyden es clara.
Pieter Brueghel 
 llamado el Viejo,  (Bruegel cerca de Breda o Brée, h. 1525 - Bruselas, 5 o 9 de septiembre de 1569) fue un pintor y grabador brabanzón. Fundador de una verdadera dinastía de pintores, es considerado uno de los grandes maestros del siglo XVI, y el más importante pintor holandés de ese siglo. Con Jan Van Eyck, Jerónimo Bosco y Pedro Pablo Rubens, está considerado como una de las cuatro grandes figuras de la pintura flamenca.

Es una panorámica de la muerte: vemos el cielo oscurecido por el humo de las ciudades ardiendo, al fondo un mar plagado de naufragios; a la orilla hay una casa, alrededor de la cual se agrupa un ejército de muertos. El paisaje, anodino y arrasado, nos habla de la pequeñez, crueldad y falta de sentido común del hombre, que pretende cambiar un destino impuesto. Se alzan mástiles coronados por ruedas, picotas en las que se ajustician a criminales; sus cadáveres se balancean. Hay una cruz, solitaria e impotente en el centro de la pintura, y la Muerte avanza con batallones de esqueletos; sus escudos son tapas de ataúdes y conducen a la gente a un ataúd que es un túnel decorado con cruces; un esqueleto a caballo destruye personas con su guadaña. Por todas partes son atacados los desamparados hombres; aterrorizados huyen o intentan en vano luchar. No hay defensa posible, los esqueletos matan de muy variadas maneras: cortando gargantas, colgándolos, ahogándolos, e incluso cazándolos con perros esqueléticos.
A la izquierda se conduce una tétrica carreta con calaveras, que sin duda formarán después el ejército de los muertos. Detrás un tribunal de la muerte presidido por el símbolo de la cruz contempla impasible la hecatombe. Sobre ellos, unos esqueletos tocan una campana avisando del fin del mundo. Al frente, en el extremo inferior izquierdo, yace el rey, vestido de su capa con vueltas de armiño y con el cetro en la mano. Campesinos, soldados y hasta nobles e incluso reyes, todos atrapados por la muerte.
Un poco más hacia el centro del primer plano, un perro olisquea la cara de un niño, muerto en brazos de su madre, también caída. Algunos cadáveres han sido ya amortajados y uno de ellos yace en un ataúd con ruedas.
La visión de Brueghel no carece de humor sardónico, como puede verse en la parte inferior derecha del cuadro. Una pareja de enamorados permanecen absortos ignorando lo que les rodea. Detrás de la mujer un esqueleto imita al tocador de laúd. A su lado una mesa puesta con manjares, y un juglar con jubón ajedrezado, se intenta esconder debajo. Un caballero hace ademán de desenvainar la espada, intentando defenderse de lo irremediable.
Como es natural en un cuadro pesimista los colores son sombríos.
Se observan aspectos de la vida cotidiana a mediados del siglo XVI, se dibujan con detalle las ropas, y pasatiempos como juegos de cartas. De manera única, un método usual de ejecución para los criminales del siglo XVI: La rueda. Objetos como instrumentos musicales y los primeros relojes mecánicos, y escenas como una misa de difuntos ayudan a entender mejor el estilo de vida de los años 1560.
Se ha sugerido que el cuadro, como una premonición, fue inspirado por el empeoramiento del clima político antes de la Guerra de los ochenta años. Inspirada o no por el ambiente la obra es una clara alegoría de los horrores de la guerra, como su Dulle Griet, también premonitoria. Es inevitable también pensar en la peste negra que azotó a Europa en el siglo XIV. Algunos ven la crisis de los feudos, ya que en el cuadro se observa a la muerte que amenaza a un hombre con corona, que podría ser un rey o representante del poder. Cercano a dicho hombre de corona la muerte merodea un barril lleno de algo de color dorado u oro.
La tabla recuerda al Bosco, por lo satírico y moralizante y la amplitud del cuadro; múltiples escenas, pintadas con mucho detalle. Recuerda el tema medieval de las danzas de la muerte. Las hordas de Brueghel son esqueletos no demonios como en el El Jardín de las Delicias de cien años antes. Esto puede sugerir en algunos un pesimismo


Expansión de la arquitectura gótica
La influencia de la arquitectura gótica francesa en el resto de Europa fue enorme.
En España, este estilo también está representado por las grandes catedrales urbanas, si bien en el siglo XV la obra civil adquirió mayor importancia.
En Alemania (que entonces formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico junto a otros territorios de Europa central) el gótico también apareció a lo largo del siglo XIII, aunque en una primera fase convivió con los esquemas románicos autóctonos.

En Italia e Inglaterra la aceptación de los esquemas franceses se encontró con mayores reticencias, de modo que su influencia fue escasa. Las iglesias florentinas y las reminiscencias superficiales del gótico francés en las fachadas de la catedrales de Siena y Orvieto son simples fases transitorias en la evolución que condujo en Italia del románico clasicista a los inicios de la arquitectura renacentista en la obra de Filippo Brunelleschi.


Escultura
La escultura siguió el precedente románico, con una amplia difusión de imágenes cuyo fin era adoctrinar a los fieles en los dogmas de la fe religiosa y decorar las fachadas de las catedrales. La escultura de los siglos XII y principios del XIII tuvo un carácter predominantemente arquitectónico.
Las figuras más destacadas son las estatuas colosales de las jambas (pilastras laterales) de las portadas y las de los parteluces de los vanos de entrada. Reciben el nombre de estatuas-columna por estar adosadas a estos soportes. A veces, la estatua-columna tiende a liberarse del marco arquitectónico, como si fuera una escultura exenta o de bulto redondo.
En el estilo considerado protogótico destacan las estatuas-columna del famoso pórtico de la Gloria (fachada occidental) de la catedral de Santiago de Compostela (España, último tercio del siglo XII), donde apóstoles y profetas se hacen eco del nuevo sentido naturalista idealizado, a la vez que expresan sus sentimientos y empiezan a entablar lo que se denomina sacra conversazione, es decir, la comunicación entre los personajes sagrados.
En Francia cabe reseñar las estatuas-columna de la fachada occidental de la catedral de Chartres, que datan aproximadamente de 1155. Las estatuas del pórtico Real de Chartres poseen unas proporciones y un sentido del volumen que revelan un naturalismo ajeno al mundo románico. Durante las décadas siguientes las figuras de Chartres inspiraron a un gran número de artífices franceses. Sin embargo, las estatuas-columna no eran las únicas manifestaciones escultóricas figurativas de las portadas, que seguían un rico y elaborado programa iconográfico centrado en los altorrelieves del tímpano, arquivoltas y en menor medida, en los dinteles de las puertas. En los parteluces, solían aparecer estatuas de la Virgen, Cristo o algún santo relacionado con la iglesia catedralicia.

 ARTE GÓTICO HOLANDÉS
Por su situación geográfica estos países reciben de forma temprana y  directa el arte gótico francés. Su gran prosperidad durante el siglo XV,  explica la suntuosidad de su arquitectura gótica flamígera. Predomina la arquitectura civil, en la que una burguesía acomodada, agrupada en  gremios de artes y oficios, levantan casas corporativas y en las plazas de las ciudades se edifican soberbios ayuntamientos como los de LovainaBrujas o Bruselas, lonjas de contratación, entre las que destaca el reconstruido tras la primera guerra mundial Halle des Drapiers de Ypres. También abundan viviendas particulares, que se caracterizan por el remate denominado de piñón, de forma escalonada y triangular de gran altura, los tejados suelen ser altos y de gran pendiente. En la actualidad se pueden encontrar algunas calles aún como en la Edad Media, como por ejemplo el Grasslei o muelle de la hierba de Gante, la plaza central de Delft o la Grand´Place de Bruselas.

Ayuntamiento de Brujas


La arquitectura románica en Bélgica y Holanda
Con la desintegración del imperio carolingio, los territorios comprendidos en las actuales Bélgica y los Países Bajos permanecieron en el imperio otoniano, heredero de aquél. La arquitectura correspondiente al primer románico sigue las líneas marcadas por el primer románico alemán, mezcla de tradiciones carolingias e influencias lombardas procedentes del norte de Italia. Uno de los primeros monumentos en territorio belga es Santa Gertrudis de Nivelles, que presenta una estructura similar a la carolingia de Saint-Riquier, con un imponente westwerk o macizo occidental de principios del siglo XI.
Del mismo modo, la iglesia de San Juan Evangelista, en Lieja, sigue el esquema de planta central de la capilla palatina de Aquisgrán. También encontramos algunos ejemplos que recuerdan las formas del primer románico lombardo, como la torre de Velsen-Zuid
Tras el período otoniano, las regiones mosanas mantuvieron estrechas relaciones con la cercana región renana, donde habían empezado a aparecer nuevas soluciones arquitectónicas, con plantas más complejas y gran profusión de torres. Las formas impresionantes de Santa Gertrudis marcaron la línea a seguir por otras obras importantes, como las de San Servacio y Nuestra Señora de Maastricht. Ambas tienen también macizos cuerpos occidentales con nártex y capilla sobre éste, mientras que la cabecera se encuentra flanqueada por torres de influencia renana.
En época gótica se reconstruyeron las principales construcciones de estos países, pero quedan todavía algunas que presentan elementos anteriores: encontramos westwerks notables en San Bartolomé de Lieja, San Nicolás de Deventer o Santa Amelberga de Susteren, así como cabeceras con torres y trilobuladas en Soignies y las catedrales de Roermond y Tournai.



Catedral de Santa María de Tournai
Catedral de TournaiA finales del siglo XI, Tournai era el centro de una gran diócesis, sede del obispo Radbod II y formaba parte de Francia. En la actualidad se encuentra en la región francófona de Valonia en Bélgica. Contaba con una gran importancia cultural y comercial gracias al río Escalda, sus pastos, un rico subsuelo de piedra caliza y una floreciente industria Textil.
La Catedral de Tournai destaca por el desarrollo que en ella se hace del trilobulo en planta y alzado, así como por la importancia que tomaron las torres en su fisonomía exterior. Al interior la nave mayor de 1110 se resuelve con arcos de medio punto y cubierta de madera. Las naves laterales son un excelente ejemplo de alzado interior anunciador ya del gótico temprano. Estas naves laterales cuentan con tribuna con triforio, andito y un cuerpo de ventanas. Estos cuatro niveles se alinean formando el trilobulo de bóvedas de crucería que se comenzó en 1165.
El número de torres de la Catedral en origen es impreciso ya que muchos historiadores creen que en proyecto se concibieron nueve torres que no se llegaron a concluir. La cercanía de Tournai con Saint Riquier y sus torres carolingias nos hace posible estas afirmaciones. La fachada es típicamente Renana con el ábside entre dos torres de altas dimensiones colocadas a cada extremo del transepto, se cree que existió una tercera torre en el arranque del ábside central destruido en 1242. Existe también una torre a modo de linterna sobre el crucero, lo que nos daría siete torres. Sin embargo existen claros indicios de que lo que hoy son pináculos en la fachada occidental pudieron ser dos torres mas, lo que elevaría el numero a nueve.


Hieronymus Van Aken, 'Bosch', (El Bosco) 1450-1516.

Nació en Hertogenbosch, Holanda. La píntura del maestro Bosch no sigue la línea tradicional de sus pares. Su estilo es libre, simbólico y vívido, razón por la cual no existe paralelo de ella entre sus contemporaneos. Trabajó para familias nobles de la época y su religión ortodoxa lo llevó a realizar cuadros para iglesia, donde expresó gran devoción con su estilo.

 

Sandro Botticelli (1445-1510)

Nació en Florencia, Italia. Pintor líder del renacimiento florentino que desarrolló un estilo personal caracterizado por línea marcada y elegante. Botticelli pasó su vida pintando retratos y cuadros por encargo de las familias prominentes de Florencia. También realizó obras religiosas, de las cuales destacan sus madonnas y pinturas al fresco realizadas en la Capilla Sixtina del Vaticano.
 




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